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INTERNET OF THINGS


¿Cómo definimos la IoT?

La IoT (o el internet de las cosas) podría definirse como la interconexión de dispositivos y equipos a través de redes (privada o públicas), en la que estos dispositivos pueden hacerse visibles e interaccionar entre ellos.
No hay limitaciones en el tipo de dispositivos y equipos, más allá de la necesidad de disponer de la suficiente complejidad tecnológica como para permitir la comunicación de los mismos a través de las redes. Casi cualquier objeto cotidiano que se pueda imaginar podría estar conectada a internet e interaccionar sin necesidad de la intervención humana (desde un tren, a un frigorífico o incluso un monedero), el objetivo es permitir la comunicación, interacción e interconexión máquina a máquina, algo que se conoce como interacción M2M (machine to machine) o dispositivos M2M.

¿Qué aplicaciones tiene la IoT?

La importancia y tendencia de esta tecnología se basa en que las aplicaciones son prácticamente infinitas, pero todas ellas tienen un punto en común: permite la intervención, monitorización y comunicación directa sobre equipos sin la necesidad de estar físicamente presente (actuar de manera telemática).

En el ámbito industrial, esta tecnología tiene fuertes ventajas a nivel de monitorización y control de flotas de equipos, y las aplicaciones relacionadas con el mantenimiento preventivo, son especialmente interesantes.

Además de las ya mencionadas, la IoT ya se emplea en plantas de producción para permitir el análisis de datos y la automatización de alarmas y procesos de los dispositivos y sensores conectados a la red. Estos datos y alarmas pueden entonces ser enviados a los distintos usuarios para facilitar la toma de decisiones, mejora de procesos, e incluso para automatización de protocolos de actuación, eliminando la necesidad de interacción humana.

Otros conceptos muy relacionados con IoT son las «Smart Cities» y «Smart Buildings» dónde el uso de dispositivos IoT permite mejorar el control del tráfico, o el control de las canalizaciones y depósitos de agua y calefacción, o la gestión de frecuencias del transporte público, y así un largo etc.